[:es]Por Gely Pacheco
Llevo unas semanas queriendo escribir sobre estos títulos que suelo leer en muchos medios de comunicación o que se encuentran dentro del cuerpo del texto: ‘’Hallan más restos de mujer que aún no es identificada’’, ‘’hallan cadáver de mujer en un patio’’, ‘’hallan cadáver de mujer junto a vías del tren’’, ‘’Hallan a mujer sin vida’’, ‘’Hallan cuerpo de mujer en aguas’’.
Y no sólo es hallan, también es común leer: ‘’muere una mujer apuñalada por su marido’’, ‘’muere una mujer a manos de su pareja sentimental’’, ‘’muere de un golpe en la cabeza y su marido queda preso’’. Pero dejenme decirles algo: no nos hallan, ni nos morimos. Nos asesinan.
Para mi resulta indignante, tener que leer estas noticias y contemplar como es invisibilizada la palabra -asesinan-. Y con ello naturalizando y justificando nuestros asesinatos como si fuera algo común hallar el cuerpo de una mujer en cualquier río, lote baldío o casa particular.
Como si morir asesinada fuera una cuestión de enfermedad natural: ‘’muere mujer apuñalada’’. El tener las gafas violetas es precisamente ver el mundo de una forma diferentes y a través de estas gafas violetas que le llamamos en el feminismo, podemos ver la opresión y la violencia naturalizada que vivimos las mujeres constantemente.
Violetas porque están cargadas de historia y de luchas, de señalamientos a las injusticias y las desigualdades de género, de reinvindicaciones, de sangre, lágrimas, cargadas de mujeres.
Este tipo de tratamiento a nuestros asesinatos, a los asesinatos de millones de hermanas alrededor del mundo en los medios de comunicación es una clara minimización del problema del feminicidio. Un guiño al asesino. Culpabiliza a la víctima. Las mujeres no nos morimos en las vías del tren en la frontera de Chiapas y que se vuelva un ‘’accidente común’’. No nos ahogamos o aparecemos de la nada en ríos como el Río de los Remedios en el Estado de México donde han aparecido asesinadas decenas de mujeres.
Con todas estas complicidades -concientes o inconscientes- tanto de los medios de comunicación, como de la sociedad y de las instituciones, no podremos enfrentar este problema en el que somos asesinadas siete mujeres al día. El asesinato de las mujeres no son sucesos, como si nuestras vidas fueran de segunda categoría.
Es esta rabia de leer el asesinato de una hermana como si su vida no valiera nada. En el que el sometimiento de ese poderío que se le ha conferido a esa masculinidad que tanto daño le ha hecho a la sociedad y que por dominarnos llegan hasta asesinarnos. Seguiremos cuestionando y señalando las ‘’justificaciones’’ a la violencia de género que sigue siendo permisivo a que nos sigan asesinando.
#ParoInternacionalDeMujer
#8M
#NiUnaMenos[:]