Tras el hallazgo en la Universidad Autónoma de México, de una joven asesinada, se dieron varios sucesos.
Por una parte, diversos grupos de mujeres convocaron a marcha de protesta ante 2 cuestiones: La primera es, justamente, el feminicidio de la joven Lesby y, la segunda, ante la actitud de las autoridades de la máxima casa de estudios que en un comunicado oficial (a raíz de los hechos) “expresa su repudio ante cualquier tipo de ilícito cometido en sus instalaciones”…
La primera razón es totalmente entendible. La segunda parece necesitar cierto tipo de “explicación” ante muchas voces que no entienden el “enojo” que nos causa a muchas… Así que hay que decir, con palitos y bolitas, que ¡un feminicidio no es “cualquier tipo de ilícito”! Un “ilícito cualquiera” podría ser el robo de unos chicles en una de las tiendas, el robo de una cartera o de unos apuntes, el daño a una banca o escritorio, etc. Pero un feminicidio es la máxima expresión de las violencias contra las mujeres y, eso, no es cualquier cosa.
Otro de los sucesos que nos han indignado a muchas, es que algunos medios de información se atrevieron a poner parte de las supuestas declaraciones de quien se nombró a sí mismo “la pareja” de Lesby y que, dicen, mencionó que ella se dedicaba a pasear perros y “tenía problemas de alcoholismo”. Y esto parece que también requiere ser explicado a muchas personas que no entienden la razón de nuestra molestia, así que acá va:
Desde 1995, en la Cuarta Conferencia de Acción de Beijing, se establecieron RESOLUCIONES APROBADAS POR LA CONFERENCIA, que en su apartado “J” denominado “La mujer y los medios de difusión”, plantea la necesidad de luchar contra los estereotipos, la discriminación hacia la mujer y la incorporación de la perspectiva de género, entre otras cuestiones.
Además la Ley General de Víctimas establece, entre otras cuestiones, la: “No criminalización… Ninguna autoridad o particular podrá especular públicamente sobre la pertenencia de las víctimas al crimen organizado o su vinculación con alguna actividad delictiva. La estigmatización, el prejuicio y las consideraciones de tipo subjetivo deberán evitarse”. Y esto también aplica respecto a que la Procuraduría de Ciudad de México se atrevió a enviar una serie de twits donde mencionaba las “declaraciones de la supuesta pareja”, que daban por cierto lo dicho por este respecto a “problemas de alcoholismo”.
El último “suceso” derivado del feminicidio, que quiero comentar acá, es que de inmediato se realizó un hashtag en tweeter denominado #SiMeMatan que lo que proponía era que las mujeres dijéramos qué se diría en esta sociedad machista, misógina y violentadora de los derechos de las mujeres en caso de un feminicidio. Lo que muchas escribieron es verdaderamente aterrador, pues muestra que conocemos muy bien como se nos intentaría descalificar como “buenas personas” y así buscar justificar la violencia sufrida, culpabilizarnos de lo sucedido y revictivizarnos.
Todo ello nos impulsa a seguir visibilizando no solamente la existencia de las violencias contra las mujeres sino la “naturalización” que se hace de estas en nuestro país.
Aún hay mucho por hacer y no debemos de callarlo ni dejar de hacerlo, porque no debe seguir sucediendo que #SiMeMatan se levanten voces irresponsables que busquen banalizar lo sucedido o, incluso, pretendan justificarlo.
¡Ninguna violencia tiene justificación y ningún feminicidio es culpa de la mujer!
¡Los feminicidios no son “cualquier ilícito”!
Ilustración del Muro de Facebook: Hago Dibujitos