A pesar del avance en políticas de género, faltan estrategias para reducir la enorme diferencia que existe entre hombres y mujeres. De acuerdo a Avril González García, Regional Manage es necesario eliminar los prejuicios al momento de contratar o trabajar y el mercado laboral emplee a los individuos mejor preparados, sin importar su género.
México es un país donde aún existen graves cuestiones de género. Incluso en las zonas donde se presume un mayor progreso económico, político y social, las mujeres enfrentan severas dificultades para ponerse al nivel de sus contrapartes masculinas. Uno de los ámbitos donde esta situación es más clara es el trabajo.
La Organización Internacional del Trabajo reporta que únicamente el 43.4% de las mujeres mexicanas en edad de trabajar tienen participación en el mercado laboral; y un porcentaje aún menor tiene la oportunidad o la decisión de desarrollarse en puestos profesionales, a pesar de las diversas legislaciones de acción afirmativa del gobierno, como la implementación de cuotas de género en empresas e instituciones.
“La políticas de equidad son un trabajo en proceso, y aunque ciertamente ha ayudado a mejorar las circunstancias, aún no estamos [como nación] donde queremos estar“, comenta Avril González García, Regional Manager Middle Americas de Beecker Consulting. “Falta una mejor estrategia de implementación, aunque también existe un gran bache cultural. Nosotras las mujeres tenemos que creernos que somos capaces de hacer lo mismo que cualquier hombre. Debemos lograr eso antes que cualquier otra cosa.”
Hace falta buscar e invertir en mujeres con talento y potencial, para que en un futuro el mercado laboral dependa de méritos y no de géneros” Avril González García
Cuando se habla de inequidad de género en el mercado laboral, suele tomar una de dos formas: baja proporción de mujeres en un sector, nivel o campo; o bien a través de una disparidad de responsabilidades y remuneración entre un género y otro en puestos similares o iguales. Y aunque en México ambas son igual de preponderantes, ésta última expresión de desigualdad es la más peligrosa.
“La disparidad de remuneración en un mismo puesto impacta directamente en la motivación femenina, y puede generar distorsiones de pensamiento en ambos géneros. Para corregir esta situación, las mujeres deben superar tres retos: ganarse, mediante su esfuerzo y voluntad, una carrera profesional satisfactoria; apoyar el crecimiento laboral de mujeres talentosas, sin caer en la discriminación inversa; y aprender a tener una comunicación eficaz entre sí mismas, y hacia el género masculino“, dictaminó Avril González.
La Regional Manager también recalcó que la acción más importante que la sociedad mexicana puede realizar como un conjunto es invertir en programas de desarrollo de talento para las mujeres, para que en un futuro se puedan eliminar los prejuicios al momento de contratar o trabajar y el mercado laboral emplee a los individuos mejor preparados, sin importar su género.
Con información de Yucatán